miércoles, 22 de octubre de 2014

El mirador de Ingunza: Historia de un emblema rimense

En la esquina de las calles Hualgayoc y Marañón, en la transitadísima zona de Acho, a un lado de la famosa plaza de toros, se erige por entre los tugurios un curioso mirador que caracteriza a aquel lugar. Se trata del mirador de Ingunza, una construcción del siglo XIX poseedora de un variado menú de historias limeñas y que actualmente, aunque rodeado de negocios que animan el lugar, tiene un futuro poco auspicioso pues se encuentra en estado de abandono y han pasado algunos años desde el último intento de puesta en valor. 

SU HISTORIA:
El mirador de Ingunza fue mandado a edificar en el siglo XIX  por el abogado sanmarquino Francisco Esteban de Ingunza y Basualdo, oriundo de la ciudad de Huánuco en lo que por aquel entonces era una quinta de regular extensión de su propiedad. Se dice que Don Ingunza se inspiró para el diseño de su mirador en  edificaciones observadas en sus numerosos viajes  por España, el imperio ruso , Palestina, Líbano, Siria, Turquía, Persia, Egipto, y otros países del Oriente, viajes que se llevaron a cabo entre 1847 y 1849. Las labores para la construcción del mirador fueron encargadas al francés Paul Nicolás Chalón por una suma inicial de 964 pesos y terminaron parcialmente en 1858, pues tres años después se adicionó, al lado de la primer estructura, otra edificación octogonal para conectar el primer nivel del mirador con el tercero mediante una escalera de caracol.                                                                             


                                              Don Francisco Esteban de Ingunza y Basualdo                                                                                                                  

Diseño a escala del mirador de Ingunza-Arq. Patricia Diaz Velarde


VERSIONES PINTORESCAS SOBRE SU ORIGEN:
La tradición limeña ha creado diversas historias acerca de este peculiar mirador. Una de las más conocidas es aquella que menciona que Hipólito de Landaburú (amigo de Don Ingunza)  para poder observar las corridas de toros en la plaza de Acho sin tener que ubicarse en las gradas y que exista la posibilidad de encontrarse con el Virrey Amat y Juniet quien, como sabemos, mandó a edificar dicha plaza y,dentro del marco de esta versión, sostenía una rivalidad con Landaburú. 

Otra versión tambien involucra al mismísimo Amat con Micaela Villegas "la Perricholi" al afirmar que ambos tuvieron que ver con la edificación del mirador de Ingunza para poder ver las corridas de toros gozando de la privacidad que sus instalaciones brindaban.

Ambas versiones se tachan por cuestiones de ubicación en el tiempo. El mirador, como ya mencioné lineas arriba, terminado de edificar en 1858 no pudo tener relación con el virrey Amat ni con Micaela Villegas, personajes famosos del siglo XVIII.


   Fotos de fines de los años 1850's que sería el único testimonio fotográfico de la construcción del                             mirador de Ingunza. Imagen elaborada por  David Pino Bazalar


EL MIRADOR ES TESTIMONIO VIVO DE OTRA ÉPOCA:
Al fallecer el señor Ingunza, heredó la propiedad su hijo Francisco Esteban de Ingunza y Bedoya quien la vendió a inicios de 1899 a Doña Juana Herrera de Espantoso, señora que  habitó tal lugar con su familia a principios del siglo XX como lo muestra la siguiente foto:

                              Familia Espantoso en el Mirador de Ingunza, 1906. Archivo Elejalde PUCP


Con el pasar de los años, el predio dentro del cual se ubica el mirador ha ido pasando por diversas manos y actualmente es ocupado por varios negocios (carpintería, venta de dvd´s, hospedaje, etc.) y algunas familias de bajos recursos económicos. Esta situación, sumada al poco mantenimiento brindado en estos años ha hecho que  el mirador de Ingunza se encuentre en un estado de deterioro creciente. Es lamentable que tan bello mirador de antaño posea un futuro incierto. Muchos amantes de la rica historia de Lima esperamos que se tomen acciones por parte de las autoridades  para rescatar del olvido tal joya rimense. Aún estamos a tiempo.

                                                            Mirador de Ingunza, años 60.

                                                             Mirador de Ingunza en el  2014