sábado, 31 de enero de 2015

La Quinta de Presa y la Quinta del Prado: Similar grandeza, diferente destino

Es el presente artículo trataremos de explicar la marcada diferencia que existe en el presente de dos edificaciones de similar monumentalidad para la historia de Lima: La Quinta de Presa y la Quinta del rincón del Prado.

Ambas edificaciones son de origen colonial y consideradas como villas de recreo. A lo largo de su historia también han sido relacionadas con la famosa relación sentimental entre el virrey Amat y Micaela Villegas "La Perricholi". Tal como desarrollamos en un artículo anterior, la única quinta que puede ser atribuida con amplio fundamento al virrey Amat es la Quinta del Prado, pues el coqueto virrey fue quien ordenó la construcción de esta joya virreinal y hasta se le atribuye el diseño de la misma. Situación diferente es la de la Quinta de Presa, que fue erigida por orden de Pedro José Carrillo de Albornoz en el molino rimense que había heredado.


La Quinta de Presa en su época de museo. Fotografía de una revista norteamericana.

A lo largo de los años la Quinta de presa ha tenido múltiples ocupaciones como por ejemplo: Cuartel de la Guardia Republicana y museo de la Perricholi. Esto ha permitido que no caiga en el abandono prolongado ni en la infame tugurización. Otro panorama se presenta en la Quinta del Prado, que es propiedad del convento de Santo Domingo y que es ocupada por decenas de familias de bajos recursos económicos. Todo esto sumado al paso de los años y el abandono de las autoridades encargadas, ha hecho que esa quinta esté en estado ruinoso y camino a desaparecer.



     Quinta del Prado, 2015. Foto: Karo Bravo Luna

 ¿Por qué estas dos monumentales quintas tienen destino diferente?

FACTOR DEL ENTORNO: Aunque ambas quintas están en ubicaciones ciertamente poco visibles, la Quinta de Presa, a no dudarlo, se encuentra mucho más cerca al centro histórico y en una zona no tan peligrosa y escondida como la Quinta del Prado en los bravos Barrios Altos.

FACTOR DE POSESIÓN DE LA PROPIEDAD: Entres estas dos edificaciones, la quinta rimense es la que pertenece al estado peruano y es manejada por el Ministerio de Cultura. A diferencia de la Quinta del Prado cuyo propietario, como ya mencionamos, es el convento de Santo Domingo. Convento que  (a lo largo de todos sus años como dueño) no ha gestionado posibles restauraciones o puestas en valor para el predio.

FACTOR DE ABANDONO DEL PATRIMONIO LIMEÑO:
Para usted no será novedad el abandono del que sufre nuestro patrimonio limeño de toda época.
La Quinta de Presa, sin embargo, como emblemático símbolo de lo colonial en Lima, ha podido ser receptora de parte de los pocos esfuerzos destinados para preservar las edificaciones históricas de nuestra ciudad por parte de las autoridades encargadas. Por el contrario, la Quinta del Prado es ajena (quizás por su lejanía y abandono prolongado) al imaginario de lo colonial en Lima y esto hace que sea difícil esquivar el destino fúnebre que le espera.






jueves, 8 de enero de 2015

La plazuela Barraganes en el Rímac

Siempre es interesante recorrer los añejos barrios limeños. En sus calles se puede aún sentir, con el apoyo de la imaginación, la presencia de otras épocas en las que, a no dudarlo, sus situaciones fueron mucho mejores que las presentes. La plazuela Barraganes, es uno de estos lugares que aún guarda su esencia pese al enorme daño que ha sufrido en los últimos años.

Esta plazuela está ubicada en la cuadra 3 del jirón Viru en el Rímac tradicional. Este rincón limeño de antaño, cercano al centro, es recorrido a diario por una gran cantidad de buses debido a su cercanía a la av. Prolongación Tacna. Su situación calamitoza se percibe a primera vista, pero ello no parece importarle a los miles de limeños que, desde los buses, ven aquellos balcones coloniales a punto de colapsar, quizás acostumbrados a ese panorama desolador para el patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad.

Se trata de un ambiente urbano colonial que data del siglo XVII, formado por una plazuela de forma triangular y cuyas calles circundantes cuentan con edificaciones virreinales y republicanas de uno y dos pisos.



Estas casonas presentan balcones de antepecho y de cajón. A simple vista notamos que una de las edificaciones más llamativas de la plaza, perdió uno de sus dos balcones coloniales de cajón, que se desplomo en el año 2010 debido al abandono y descuido que sufren las casonas de esta plazuela. Una situación que se repite en muchos lugares históricos de nuestra ciudad.





¿Por qué el nombre "Barraganes"?

Juan Bromley dice sobre esta calle:

"Barraganes (Cuadra 3ª  del jirón Virú) 

El origen del nombre de esta calle no ha sido precisado, aunque su significación es algo sospechosa. Un tratadista del lenguaje dice que en castellano antiguo barragán es mancebo y barragana manceba, pero con la particularidad de que el nombre masculino se toma en buena parte y el femenino en mala. Barragán significa joven alentado y de edad floreciente. Barragana es concubina, y dio origen a los verbos abarraganarse y amancebarse. Barraganía tiene dos acepciones, una mala y otra buena, y ésta parece que fue la única que tuvo al principio, de donde en algunos poemas antiguos ‘barraganías’ significan valentías, fuertes hechos, hazañas. De esta explicación podría inducirse que en nuestra calle de Barraganes vivieron en época ya lejana mozos valientes y alentados, alegres y camorristas, algo así como los ‘faites’ de las palizadas de fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuyos principales escenarios de hazañas estuvieron precisamente en el barrio de San Lázaro o Abajo del Puente, por allí donde vivió el apodado Matasiete, dador de nombre a una calle. *También pudo provenir el nombre de esta calle del hecho de que en ella hubiera establecimientos donde se vendían barraganes, telas de lana impermeable que servían para la confección de abrigos."




Balcón colonial de cajón en estado de abandono en la plazuela de Barraganes, Rímac.


¿Por qué las autoridades que deben de velar por la protección del patrimonio histórico limeño no lo hacen eficientemente? ¿Por qué no se cuentan con los recursos para intervenir los cientos de edificios históricos que requieren, con urgencia, una intervención en pro de su rescate? 

La voz ciudadana es la que debe presionar para que los entes encargados cumplan con su labor. Solo así evitaremos, a estar alturas, que la historia de Lima siga desapareciendo.

sábado, 3 de enero de 2015

LIMEÑOS QUE SE FUERON: EL BALCÓN COLONIAL DEL PASEO DE AGUAS

El Paseo de Aguas es un rincón representativo de la Lima colonial, por excelencia. Mandado a edificar en el siglo XVIII por orden del famoso virrey Amat para gusto y goce de Micaela Villegas "la Perricholi", contaba con una casona en sus alrededores que lucía un hermoso balcón moruno, balcón del que muchos entendidos comentan que fue el más bello y antiguo de nuestra ciudad.


                                          Del foro Lima de Siempre de Skyscraperscity.com


  • Extracto del libro "El balcón limeño" de Fiol Cabrejos:

"Es una antigua casa quinta que está ubicada detrás del paseo remense. Es un clásico balcón de cajón, en pésimo estado de conservación, no  obstante su valor histórico y artístico el cual descansa sobre un grueso y sólido murallón .La parte inferior esta formada por paneles de, de distintas proporciones, casetones llanos, las ventanas lleva bastidores con listones apersianados  y el friso calado cubierto con balaustritos torneados, que termina el conjunto en una cornisa volada. Típico balcón moruno del siglo XVIII."

Actualmente se encuentra allí el Oratorio Salesiano San Juan Bosco. Los hijos de Don Bosco llegaron a este rincón del Rímac el 8 de diciembre de 1891. Primero se instalaron al costado, donde es hoy el actual asilo de ancianos Canevaro. Luego la Beneficencia pública de Lima los desalojó  y procedieron a comprar la vieja casona colonial de la que hablamos. Lamentablemente hace pocas décadas este balcón fue destruido por esta congregación religiosa y hoy ocupa el espacio del desaparecido balcón, un letrero informativo sobre las actividades de los salesianos.


Hostería del Paseo de Aguas en distintas épocas
(IFotografía superior correspondiente al archivo de David Pino)


También es importante resaltar que de la vieja casona colonial, que probablemente haya sido testigo de los paseos del virrey Amat y su amada Micaela Villegas "la Perricholi", solo queda en pie la portada y los muros de la fachada, pues en una remodelación hecha hace diez años aproximadamente, se destruyeron los interiores de la casona para ampliar las instalaciones con las que contaba el oratorio Don Bosco.

Balcón desaparecido de la casona del paseo de aguas
Del archivo del arq. David Segura 


Aquel hermoso balcón: Un limeño que se nos fue y que engrosa la lista de joyas virreinales que ya no están con nosotros, más allá de su recuerdo en fotos. Que esta pérdida sirva para tomar conciencia de otros lugares en nuestra ciudad de igual valor histórico que necesitan con urgencia una intervención en pro de su rescate para la historia colectiva de los limeños. Una carrera contra el tiempo.


El balcón en los 80's poco antes de desaparecer
Del archivo de David Pino 

martes, 23 de diciembre de 2014

Historia de la capilla de la Sagrada Familia del Rímac

Recorriendo el Rímac durante una tranquila mañana de sábado, nos adentramos en el jirón Camaroneros, un tradicional rincón rimense al lado del puente Santa Rosa , para poder admirar una peculiar capilla erigida en medio de una vieja quinta. Se trata de la capilla de la Sagrada Familia, fundada en 1820 inicialmente como una cofradía. Cabe señalar el estilo neoclásico de la construcción, testimonio del carácter arquitectónico de las edificaciones en la Lima de aquellas épocas.



En los años finales del siglo XIX (1892) la señora Juana C. de Barrón (benefactora del lugar) manda a construir a los alrededores un hospicio, con Oratorio incluído.


Capilla de la Sagrada Familia (1908) Archivo de la Biblioteca Municipal de Lima


El arzobispo de Lima de aquella época, Monseñor Manuel Tovar, eleva de categoría a esta cofradía y le otorga el titulo de Capilla "La Sagrada Familia" en el año de 1903. Con este acto se termina de configurar la actual clasificación de esta edificación que ha acogido, durante años, las plegarias de los vecinos rimenses que acudían a ella para su consuelo espiritual.


                          Capilla de la Sagrada Familia (1908) Archivo de la Biblioteca Municipal de Lima


 Con el paso de los años y tras la muerte de la benefactora Juana C. Barrón, el lugar es tomado por diecisiete familias en 1982. Estas personas forman allí  la Asociación de Posesionarios "Pedro Vilcapaza", logrando su rehabilitación. Finalmente, dos años después, La capilla de  la Sagrada Familia termina de ser remodelada y es re-inaugurada el 18 de febrero de 1984 por el Reverendo Padre Javier Maguiña.


                                             Interiores de la capillla. Foto de David Segura

sábado, 13 de diciembre de 2014

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE GUÍA: HISTORIA Y VESTIGIO

Escondida en un rincón del Rímac y con varios siglos en su haber, aún permanece en pie el resto de una portada de la antigua iglesia Nuestra Señora de Guía. Este vestigio colonial se encuentra en el perímetro de un terreno de propiedad de la fábrica CUVISA, al lado de un vecindario formado por una invasión que, según declaraciones de los vecinos, data de 1961. Pocos limeños conocen la existencia de esta vieja portada, testimonio del pasado rimense.




Veamos la historia de la iglesia que ocupaba estos terrenos:

La recolección (un  tipo de construcción de los siglos XVII y XVIII formada por conventos e iglesias recoletas en las afueras de la ciudad, que requería de los religiosos un estilo de vida regido por:  pobreza, recogimiento, contemplación, estrechez, penitencia y estudios) perteneciente a la orden agustina, bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía, se empezó a edificar en los primeros años del siglo XVII sobre un terreno ubicado a extramuros de la ciudad, una zona llamada "Portada de Guía" en el actual distrito del Rimac. El virrey Marquéz de Guadalcázar ordenó la demolición de esta construcción inicial que contaba con una modesta capilla por no contar con la autorización real exigida y los religiosos agustinos pasaron al convento de San Agustin, en el centro de Lima. 

Juan Pecador, primer prior de este convento, viajó a España en el año de 1630  para conseguir la autorización real de Felipe IV. Es de esta manera que a su regreso a Lima, los agustinos inician la construcción de una una nueva recoleta de Guía (un poco más alejada del lugar original), cuya  iglesia llegan a inaugurar en 1634. Inclusive en años posteriores, los agustinos llegaron a erigir una tercera edificación debido a la gran afluencia de feligreses.

Debido a los sucesivos terremotos que sufrió la ciudad de Lima (1687 y 1746 entre los más catastróficos) el conjunto arquitectónico sufrió grandes daños y nunca se precedió a su reparación. Es así que para la época de la independencia, se le declara convento supreso y continua, de forma permanente, en estado de abandono, Aunque en la imagen de abajo podemos ver que para la segunda mitad del siglo XIX aún subsistía la capilla de Nuestra Señora de Guía.


          Ubicación de la capilla Nuestra Señora de Guía en un plano del siglo XIX (del blog Lima La Única)


Llegado el siglo XX, tenemos testimonios en la revista Variedades que narran lo siguiente: 

(Del blog limadeayeryhot.blogspot.com de Favio Martinez)

"Entre grandes trozos de pared, y parte del techo, que fué todo de ladrillo, crecen los arbustos y se abre paso la maleza. Al entrar en el recinto de lo que fue templo, pasando entre las dos columnas sin arco de la gran puerta, se ve al fondo la hornacina en que estuvo la imagen de la Virgen de Copacabana y la base de las cinco gradas que conducían al retablo. Los bloques de piedra han desaparecido. Allí en el espacio algo más elevado que el piso de la iglesia, delante de la hornacina está la bóveda, una de esas cavidades que construían los antiguos en sus templos para sepultar prelados y potentados. El sótano esta repleto de ataúdes, de cajas, de envoltorios. Aproximadamente, la bóveda tiene dos metros y medio de altura. Pues bien, no hay treinta centímetros entre la última caja y el cielo de la cripta; ¿cuántos cadáveres habrán allí? ¿cuántos años hace que se están sepultando en este sitio?"


             Ruinas del claustro

                                                
"Cuentan los viejos habitantes del barrio de Guía, que, entre las ruinas, construyó un negro, ño Cirilo, su albergue, y hacía de adivinador a la par que de sepulturero. A él se dirigían los pobres, los malambinos, que no podían llevar sus muertos al panteón de Ansieta. Y Cirilo los sepultaba en la bóveda de la iglesia.
Cuando nosotros tuvimos noticia de la existencia de ese cementerio, hacía varios años que Cirilo había entregado su cuerpo a la tierra. No pudimos saber nada por su boca. ¡Cuántos secretos se habrá llevado a la tumba!
Ahora que se nos ocurrió investigar, hemos descubierto que nadie se opone a que las gentes pobres lleven sus cadáveres y continúen arrojándolos dentro del gran nicho. Otros han cavado fosas en el suelo, junto a las paredes, tanto en la iglesia como en la sacristía, y, con esa bienaventuranza que distingue al pobre han escrito en los muros el nombre de los muertos y el día de su entierro."




"En el piso de las celdas, todavía marcadas con parte del cimiento, también hay cruces de madera y coronas de flores secas.
Cuando penetramos en la bóveda y vimos los ataúdes, unos sobre otros, conservando aún el charol, y blancos los adornos de lata, creímos que se trataba de un sueño. No lo era.
Hace la friolera de 162 años que todo un barrio, un barrio populoso, viene dando sepultura a sus deudos en el antiguo y derruído templo de Nuestra Señora de Copacabana y Guía. No es alucinación de cronista. Es realidad espeluznante."





Llegado el año 1961 se iniciaron las invasiones hacia los alrededores más cercanos de las ruinas. Dichas invasiones son las mismas que rodean la única portada que queda en pie de la monumental edificación de antaño. Algunos vecinos que rodean los cuarenta años, comentan que utilizaron caminos subterráneos ubicados bajo los terrenos de la antigua recolección e, inclusive, llegaron a encontrar una salida a estos caminos mas o menos por la altura del metro de Alcázar! No suena trillado a estas alturas hablar de túneles bajo la lima colonial. Tambien encontramos restos de las bases de los antiguos muros y muchas historias que la tradición popular se ha ocupado de conservar.


 Terreno sobre el cual fue edificada la recolección agustina


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