sábado, 7 de abril de 2012

La Quinta del Prado, rincón histórico en Lima.

Existen  lugares  en los que  uno se puede dar cuenta de que el recuerdo nostálgico  de épocas pasadas permanece vivo; pudiéndose sentir todo ello a cada paso que se da, sobre todo cuando el lugar cuenta con una monumentalidad sorprendente, que se resiste a desaparecer. Hoy le daremos un vistazo a uno de esos lugares que abundan en nuestra querida Lima.

En la calle Huamalíes en los Barrios Altos, se encuentra una antigua quinta colonial, monumento nacional desde 1972, de la cual se dice fue refugio de los amoríos del virrey Amat y Micaela Villegas "La Perricholi", un lugar que, con la ayuda de la imaginación, nos transporta al siglo XVIII, a las bellas épocas limeñas que hoy lejanas se ven ya. El post de hoy se trata de la Quinta del Prado, maravillosa morada de antaño, que  desgraciadamente se encuentra tugurizada y en un estado de abandono muy penoso.

  Quinta del Prado 2012


                                                      Alrededores de la Quinta del Prado 
                                                             
Según Juan San Martín Vásquez en el libro ‘Edificaciones civiles y vida cotidiana en la Lima colonial’la Quinta del Prado fue construida en el año de 1762 como villa de recreo, en lo que por ese entonces eran las afueras de la ciudad , muchos sostienen que Amat estuvo al mando de su construcción, otros que sólo intervino en su diseño, la relación entre el conocido virrey y la quinta del Prado, se debe a que el historiador del arte Juan Manuel Ugarte Elespuru en su libro "Lima Incógnita" menciona que era "conocida la afición del virrey por la arquitectura y sus pretensiones como inspirador de varias fábricas que se levantaron bajo su dirección (…)”. Lo que sí es indiscutible es el afrancesamiento que prima en toda la construcción.
           
         Quinta del Prado en 1923, revista Variedades.




Quinta del Prado en 1923, revista Variedades.


                                     Quinta del Prado en 1923, revista Variedades. Diosa Pomona.

Según Jorge Bernales Ballesteros, “El interior fue totalmente afrancesado, pues los cielos rasos tenían pinturas mitológicas, columnas jónicas con capiteles dorados en la alcoba, jardín presidido por la diosa Pomona al lado de un surtidor, y un pequeño teatro con artesonado en forma de cabeza de serpientes, donde se representaban comedias ligeras para los íntimos del Virrey”.  



Quinta del Prado en 1923, revista Variedades. (Click para agrandar)


Quinta del Prado en 1923, revista Variedades. (Click para agrandar)


Manuel Ugarte Elespuru quien la calificó como "un rincón de amor" la visitó en 1975 y apuntaba: “Tiene este palacete campestre graciosa alzada y planta en forma de H, con los extremos delanteros cortos y terminados en ochavo (…) Construido sobre un terraplén, tal vez alguna antigua huaca, tiene ante la fachada principal una terraza con los restos de lo que debió ser vistosa escalinata de acceso (…) se dice estaba ornamentado con estatuas y macetones decorativos, muy a lo Versalles”, interiormente lucía´: “dos grandes estancias: el salón o cuadra para recibo y comedor, ocupan la parte central del palacete, comunicados por hermosas puertas, entre sí y al exterior. Del lado izquierdo (…) ¡un teatrín!, milagrosamente intacto, con su pequeño escenario, columnas y arco de bocaescena, y reducido ‘patio de butacas’ como para pocos espectadores”, “quedaban rastros de los senderos de lo que fueron los ‘parterre’ que seguramente se prolongaban en la anchurosa huerta, olorosa de frutas y de flores”. Y en el  año  de 1992, Ugarte también daba testimonio de que en uno de los aposentos de esta quinta lucía el blasón de Joseph Palmer, hidalgo español que fungía como secretario privado del virrey Amat. Se dice que fue habitante de la quinta en sus primeros años. Para sorpresa mía, este blasón aún existe!


Héctor Velarde, a su vez, nos dice: “Caminando una cuadra por el jirón Manuel Pardo se observa, a la derecha, restos ruinosos de una construcción. Se trata de la Quinta del Rincón del Prado, en cuyo interior quedan elementos arquitectónicos y motivos decorativos del siglo XVIII. Estos son del mayor interés por estar vinculados a la historia galante de la Perricholi y del Virrey Amat; éste era lugar de recreo para ellos. En él quedan pinturas, murales y algunos fragmentos del pequeño teatro al aire libre donde la célebre comediante actuaba para los íntimos del Virrey”. 

Hasta ahora a pesar de la tugurización y el olvido, esta quinta mantiene parte  sus pinturas murales de 250 años de antigüedad! y su hermoso oratorio, del cual se comenta que fue el oratorio de la Perricholi!

  El oratorio de la Quinta del Prado

Actualmente la Quinta del Prado es un tugurio decandente, ubicada en una zona peligrosa y lo poco que queda de lo que alguna vez fue, se encuentra en peligro de desaparecer por la inacción de las autoridades encargadas, urge que se haga algo para preservar esta joya virreinal, monumento nacional!, es una carrera contra el tiempo, que sólo se podrá ganar con determinación y actuando rápido. 


                                       Fotos de el presente:


                                                      Pinturas murales de la creación 


                                                               
                             



Un video de mi autoría sobre la Quinta:





                                                  Yo en la Quinta del Prado en el 2014
                                                 


Fuentes:
Blog de Juan Luis Orrego Penagos
Imágenes antiguas : skyscrapercity

AGRADECIMIENTOS: 

MARCO CERAS
COLBERTH TORRES
JOSÉ GUEVARA