jueves, 1 de marzo de 2012

La Casa del Marqués de Montesclaros/ Mirador del Baratillo

Cruzando el viejo puente de piedra, cerca al jirón Trujillo en el distrito de el Rímac, se encuentra una antigua casa  que no puede pasar desapercibida; y aunque se encuentra poco atendida, tugurizada y en decadencia, aún podemos imaginar la  prestancia que tuvo en años pasados. Esta antigua casa posee además un curioso mirador con planta octogonal, "el mirador del Baratillo" dicen algunos amantes de la rica historia limeña.
Esta es su historia.
                       
Antes de hablar acerca la  casa del Marqués de Montesclaros, convendría mencionar la polémica al respecto, ya que se dice que pudo haber pertenecido a Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros (virrey del Perú), que mandó edificar la alameda de los descalzos, el puente de piedra y ordenó realizar el primer censo de Lima, o a Pedro Antonio Palacio de Azaña Maldonado y Ojeda (Conde de Monstesclaros de Sapán) , ya que Cesar Pacheco Velez en su libro "Memoria y Utopía de la Vieja Lima" se refiere a ella como  la Casa del Conde de Monstesclaros de Sapan.Además este titulo nobiliario fue otorgado en el Peru por el Rey Carlos III en 1766 al mismo Pedro Antonio.

También Guillermo Lohmann menciona en su libro "Los americanos en las órdenes nobiliarias (1529-1900)": Don Pedro Antonio de Hazaña Conde de Montesclaros de Sapan, de Lima.

La casa se ubica a unos pasos del jirón Trujillo y actualmente es ocupada por múltiples familias (destino de muchas otras casonas en el centro de Lima). La zona es un poco picante y hay que tener cierto criterio para elegir el momento de hacer una visita. Una vez llegado a este lugar, aquel mirador de antaño ofrece una agradable recompensa a todo aquel osado explorador urbano que se aventure hasta su ubicación.


                           

               La plazuela del Baratillo en la actualidad. (2014) Desde la casa de Montesclaros.



                                  La plazuela años atrás (desde la calle contigua al mercado)




La piedra que se encuentra en el zaguán de la casa  tiene tallado el año de 1804, lo que puede darnos indicios sobre las posteriores intervenciones y modificaciones en la misma, pues en nuestra ciudad los terremotos han hecho de las suyas desde hace mucho.
                                     
                                     La piedra con el año de 1804 . Foto: David Segura

La composición de esta vieja casa  presenta un zaguán y patio, que ha sido alterado, a la izquierda del cual se alza, en el tercer nivel de la casa, su joya,  el singular mirador de planta octogonal. Vale la pena mencionar que hasta hace poco, el mirador contaba en su punto más alto con un ángel trompetero, que ahora pertenece al grupo de "despojados de su lugar" de nuestra querida Lima.

                                                    



                        
                                   El mirador con su ángel trompetero. Foto de María Copaira


La fachada es simétrica, y presenta una modesta portada de dos cuerpos, cabe señalar que antes contaba con balcones de cajón, como lo demuestran fotos de antaño. En las dos esquinas del exterior presenta ochavos con columnas adosadas. 


                                           Ochavo con columna adosada. Foto: David Segura
                                    
                                                     
                                                 Cuando la casona aún tenía balcones.

Esta casa, como muchas otras en nuestra ciudad, corre peligro ante cualquier eventual movimiento sísmico. Es necesario que las autoridades responsables de velar por la preservación del patrimonio limeño tomen cartas en el asunto. El mirador del Baratillo y muchos sectores de la casa que lo alberga necesitan intervención profesional por el bien de la gente que vive allí, por el bien de los amantes de la historia de Lima y por el bien de la ciudad en general.




                                             Interior de la casa. Foto: María Copaira


Ojalá este tradicional rincón de la ciudad sea puesto en valor para la memoria de la ciudad.
Su calidad arquitectónica e histórica, lo amerita.
                                         

3 comentarios:

  1. felizmente esta reliquia histórica no ha desaparecido

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  2. Pero si no se ponen las pilas los del MINCU puede que sea así.

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  3. Lastimosamente, nuestras autoridades que han pasado a lo largo de la historia de nuestros país, han visto más indispensable el gastar el dinero en obras innecesarias, en vez de conservar nuestro poco patrimonio cultural que aún sobrevive a los años.
    Sería bueno que alguna entidad particular vea por conveniente el mantener en pie tantas obras, ya que si esperamos a que las autoridades lo hagan, será mejor que nos sentemos a esperarlos.

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